viernes, 3 de agosto de 2007

Nos fuimos pa’ Miami y compramos 5 microondas

Un martes por la noche cualquiera, estaba con el gordo ocioso zampándome tremendo 2x1 de Domino’s Pizza, cuando intempestivamente suena un moderno ring tone, y atiende el gordo su celular:
- Epa Chucho!
Chucho es mi amigo de la universidad que pidió permiso en el trabajo para hacer su tesis y se toma un martes, no un jueves = viernes chiquito, coño ni siquiera un miércoles para disimular, sino un MARTES para ir a rumbear, todo porque conoció una chama de la Simón (USB) que acaba de terminar clases y esta rumbeando desenfrenadamente antes de comenzar verano donde se matara estudiando, o será matando el verano antes de volver a estudiar? Claro porque los estudiantes de la Simón estudian tanto que además de conocimientos necesariamente acumulan verano, en fin…
El gordo cuelga y me explica que la movida es para “La Tasquita” en Chacao, nosotros como buenos “enfocados” que somos, a pesar de que son casi las 10 de la noche y que mañana miércoles tenemos trabajo y compromisos como cualquier mortal, nos echamos un perfumito y nos enfilamos para ese bar-pub caraqueño.
Fue grata la sorpresa cuando llegamos a un local del tipo: tirando pa’ feo, pero que tiene la característica de oro: los tragos son baratos, que les digo baratos cervezas a dos mil y tragos a 3 mil, - no estoy echando vaina-, además tienen unos afiches super finos, y la música es variada, lo cual es un alivio porque el Reggeton (por cierto no estoy seguro de cómo se escribe esta palabra), al menos los martes, no es lo único que ponen.
In situ (en el sitio) estaba Chucho con 5 mujeres, por supuesto que un par de ellas eran chenchas, una estaba “matable” pero hay dos que: carajo! Que buenas están! Por supuesto Chuchin, estaba pegado de la que está más buena, la otra buenota tiene a 2 tipos pegados y el Gordo y yo, nos miramos de manera cómplice pensando: rodamos, aquí Jesús nos llamo para ocuparnos de las desatendidas chenchas, los tipos son tan descarados que se dividen una buena para 2, ¿será que la voltean? Afortunadamente tenemos el consuelo de que los tragos son baratos, así que a beber hasta que el alcohol afecte nuestro juicio.
Sin embargo, pasado un rato, la noche tuvo su twist, cuando caemos en cuenta de que las 5 están súper prendidas, tanto que nos sacaron a bailar ellas a nosotros (definitivamente no sabían lo que hacían), para fortuna del gordo y mía la de Chucho comenzó a hacernos un dancing perreo/ moviendo la pera/ sacudiendo batea/ pre-coital con roce y recostadera incluida, en eso como que a la otra buenota le da pique y agudiza su performance modo sandugüeo, incorporando entre ellas un toque semi lésbico que nos hizo sentir un momento wild on.
Ante lo anterior chucho y los otros 2 como que comenzaron a presionar a las seductoras, a jalarles más, a estar encima. Error! A la mujer mientras más le jalan más se le sube el ego, 01 en la boleta muchachos, ahora si es verdad que no van a sacar nada, el que muestra el hambre no come! Efectivamente las que estaban buenas, se sintieron reafirmadas en su situación de poder = a yo estoy buena y tu me tienes que jalar; y con la confusión las no tan bellas (chenchas), se sintieron una vez más las reinas del arroz con pollo.
La noche terminó en lo único que podía terminar, pura calentadera y nada de cocina, camisa arrugada y nadie que la planche! Chucho & company se fueron crudos y arrugados para sus respectivas casas, con el único consuelo de que los tragos que les compraron a las microondas fueron baratos. Es más al día siguiente supe que uno de ellos hasta tuvo que cuidarle la rasca a una microondas, parece que ni las gracias le dieron.
Como dijo Chucho en un momento de lucidez : “Nos fuimos pa’ Miami y compramos 5 microondas.”
f.r.

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